Mercadotecnia y cambio de conducta

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El objetivo principal de una empresa debe ser servir a sus públicos; de otra manera nadie se interesará en ella.

Servir es conveniente porque se aprecia lo que sirve.

Bien, si una empresa sirve, conviene a su público, pero ¿y a ella? ¿le conviene?

Si la conveniencia no es mutua, si el beneficio no lo gozan ambas partes, la relación se corta, desaparece.

Eso no sería bueno. Estudios indican que cuesta cinco veces más conseguir un cliente nuevo que conservar uno actual.

Si el cliente está satisfecho, se quedará con nosotros y la relación será largo plazo.

Pero, de nuevo la premisa, el beneficio debe ser mutuo y a la empresa también debe convenir la conducta de su público.

Esa conducta se vuelve, entonces, el enfoque de toda acción de la empresa.

La mercadotecnia debe buscar un cambio de conducta en el público objetivo, favorable a la empresa.

Para esto habrá de realizar una serie de comunicaciones integradas de mercadotecnia buscando ese cambio de conducta.

Pero ese cambio sólo se dará como consecuencia de un aprendizaje por parte del público. Un aprendizaje provee nuevas creencias que estimulan el cambio de conducta.

Así, el objetivo de la mercadotecnia es siempre un cambio de conducta y el objetivo de la publicidad ha de ser proveer nuevas ideas y conocimientos a la conciencia del público objetivo para estimular su libre voluntad hacia ese cambio de conducta favorable a la empresa.


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